Historias de San Luis: profanaciones y ritos en los cementerios de San Luis
Todas las profanaciones son repudiables y en la provincia de San Luis han ocurrido varias en distintos cementerios de la provincia y de diferentes credos religiosos, tanto en los públicos como privados.
En el año 2019 fue vandalizado el cementerio israelita, desconociéndose si los motivos fueron de odio hacia esta comunidad o por el hecho de hacer daño o robar.
También en esa época sucedieron muchas profanaciones en los cementerios públicos San José y Del Rosario en la ciudad capital.
Y lo que siempre está como una lamentable costumbre es robar las placas de bronce de las tumbas.
Pero los cementerios son también sitios donde suceden reuniones que generalmente están ligadas a lo satánico, a la oscuridad, a la magia negra, o al amor.
Sí. Al amor. Pero no al amor por algún difunto, sino a la privacidad que otorgan estos lugares a parejas a quienes no les importa dónde sino que es incontrolable la necesidad de prodigarse algunos mimos y que no los vean, recuerdan risueñamente dos trabajadores municipales ya jubilados.
¿Te acordás de….? y sirve para arrancar una serie de desopilantes historias de sustos, porque cuando se daban cuenta de lo que estaba pasando, los cuidadores también hacían de las suyas y esperaban el mejor o peor momento para intervenir y despejar la zona.
Hasta algunos de los protagonistas se desmayaban de las sorpresas que se llevaban por lo que estaban haciendo en el lugar indebido.
Y también aparecen en los recuerdos de esos "panteoneros" como los llamaban antes, situaciones dramáticas.
Como una mujer que encontraron durante varios días consecutivos durmiendo al lado de la tumba de su marido a quien habían asesinado en un enfrentamiento barrial.
O el joven papá que tenía la misma actitud, y se quedaba acompañando a su hijo que había fallecido en un accidente.
Como estos, muchos casos.
Y por otro lado las reuniones dedicadas a la brujería, la magia negra, lo satánico.
Y en estos casos se encontraban los más extraños elementos que se usaban en los ritos, donde una persona se aprovechaba y engañaba a varias sacándole mucho dinero y prometiéndole cosas imposibles, irreales.
Los trabajadores de los cementerios encontraban cadáveres desmembrados que se habían usado en ceremonias diabólicas o vinculadas siempre con la maldad.
Al estar los cementerios de la capital puntana rodeados de viviendas, en muchos casos estas situaciones eran alertadas a la policía y se evitaban.
Hablando de la policía, un ex efectivo me relata que una noche concurrieron dos móviles llamados por los vecinos del cementerio San José, quienes visualizaron la presencia de mucha gente un sábado por la madrugada en el interior del camposanto.
Cuando llegaron los patrulleros, las luces y el ulular de las sirenas provocaron la huida de quienes estaban invadiendo la necrópolis, saltando los paredones que daban a la calle Mitre, que estaban prácticamente derrumbados.
Nadie fue detenido.
Y recuerda que en el medio del cementerio se encontraron velas de varios colores encendidas alrededor de una imagen de yeso de color negro.
Y debajo de la misma hallaron fotografías en blanco y negro de los principales candidatos a las elecciones que iban a suceder en unos pocos días.
Esa tenebrosa imagen pisaba todas las fotografías. Menos una.
Fue en la década del 80. Ya en democracia. El hecho tuvo repercusión sobre todo de boca en boca.
Los elementos secuestrados desaparecieron de la comisaría. No se labraron actas relatando y describiendo lo sucedido.
Ocurrió sin lugar a dudas. Hay testigos que recuerdan.
Luego se hicieron las elecciones y los resultados de la misma generaron tiempos complicados para la vida política de San Luis.
Pero eso no es tema de los cementerios. ¿O sí?